jueves, 10 de julio de 2008

Síndrome del intestino irritable

Neurogastroenterología: novedosa disciplina médica que indaga cerébro y estómago

Por Rosecny Zambrano

“Algunos médicos opinan que sí es un problema nervioso y se limitan a realizar endoscopias y se olvidan de los cambios en las neuronas, cuando éstas segregan serotonina, pues esta secreción se da en los pacientes deprimidos”


El acelerado ritmo de vida de la sociedad, la crisis económica y la inseguridad son algunos factores que aumentan los problemas emocionales y pueden llegar a detonar el “Síndrome del Intestino Irritable”, cuya disciplina investigativa se refiere a la Neurogastroenterología, así lo explicó Carlos Páez, médico gastroenterólogo y Presidente de la Asociación de Gastroenterología en el Táchira, en una rueda de prensa este 10 de julio en la Universidad de Los Andes Núcleo Táchira.


La Neurogastroenterología actualmente se encuentra en el tapete de los estudios médicos y se refiere a que el cuerpo humano posee dos cerebros, uno que corresponde al Sistema Nervioso Central (cabeza) y el que se refiere al Sistema Nervioso Enteral (estómago), constituido por más neuronas que el sistema central y controla todo el procedimiento digestivo, expuso el doctor Páez, enfatizando en que esto es un descubrimiento novedoso.


“Cuando el Sistema Nervioso Enteral funciona normalmente el intestino produce una serie de movimientos simétricos, pero cuando hay problemas se presentan movimientos irregulares o asimétricos, es decir, contracciones intestinales muy parecidas a los calambres que se originan en la piernas; a esto se le conoce como el ‘Síndrome del Intestino Irritado’, y se está estudiando cómo controlar estas contracciones intestinales irregulares”, indicó.


Explicó además, que los malestares intestinales que presenta la sociedad son generalmente relacionados actualmente con amibas y con la bacteria “Helicobacter pylori”, y en la mayoría de los casos las personas prefieren automedicarse o visitar una serie de doctores practicándose innumerables exámenes médicos que llevarán a diversos diagnósticos, gastando tiempo y dinero sin poder dar con la raíz del problema.


Páez expone que el origen de estos inconvenientes están estrechamente relacionados con crisis personales como: problemas familiares, económicos, de inseguridad y de autoestima, que son problemas de la mente y pueden manifestarse en síntomas como: cansancio, ansiedad, insomnio, falta de concentración, pérdida de memoria, falta de libido, entre otros.
Esfera psicosomática


Añadió también, que toda esa serie de expresiones por crisis pueden llevar a unas señales clínicas como dolor de cabeza, úlceras, diarreas, gases hipertensión, entre otros. Y que todo ello está simplemente provocado por depresiones por infidelidades y preocupaciones personales.
Todo ello pertenece a una esfera psicosomática que otros llaman “Psiconervioinmunológicas” porque incluye los nervios en la parte inmune del organismo, basada en la mitología romana de “Psyque”, la humana que se enamoró del dios Eros.


Aseguró que la enfermedad psicosomática puede ser diagnosticada solamente cuando el médico tiene comunicación con el paciente. “Nosotros realizamos una ‘historia psicobiográfica’ es sumamente fundamental, se trata de indagar cómo fue la infancia del paciente, si recibió golpes de uno a cinco años alcoholismo en los padres, cariño o desprecio paternal. Este es uno de los problemas que existe aquí en los Andes, donde las personas que no recibieron afecto en su niñez se convierten es seres inafectuosos con sus hijos”, acotó.


La historia psicobiográfica explora entre los posibles traumas emocionales que la persona haya sufrido, esto es bastante común en los individuos neuróticos. Se trata del abuso sexual en la infancia, que destaca como uno flagelo muy común practicados por integrantes de la propia familia.
Estos problemas se unen con vivencias actuales como la violencia e inseguridad, que al llegar a la adultez acarrean incertidumbre. De igual manera, en la parte académica cuando no logran memorizar. Por ello es partidario de que esta tipo de historia médica de la vida pasada de las personas es indispensable para ver las reacciones de los pacientes.


Dijo también que cuando habla con sus pacientes, éstos le informan muy poco de lo que realmente sienten, pues lo demás queda en su subconsciente porque la persona no lo percibe, es decir, tienen múltiples problemas pero no quieren aceparlos.
“Lo primero en concienciar lo que son trastornos y la ansiedad. Son manifestaciones somáticas (corporales)”, dijo. Clasificándolos de la siguiente manera:
• Filosóficos: taquicardia, molestias intestinales, sudoración y temblor.
• Cognitivos: pensamientos negativos.
• Conductuales: ingesta compulsiva y conductas compulsivas (mascar chicle, fumar.

Alega que los pacientes llegan al consultorio con dolor y ardor abdominal, diarreas, entre otros síntomas, y que luego de una conversación e indagación se da cuenta que presentan problemas emocionales, pensamientos negativos y preocupaciones que está afectando sus dos cerebros, trayendo como consecuencia dichos desórdenes en el sistema intestinal.

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